miércoles, 9 de agosto de 2017

Cápsula Bíblica 2363

Una de las verdades fundamentales de nuestra religión católica es que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Él vino a este mundo como hombre por el milagro de su nacimiento virginal. Por causa de su nacimiento no recibió la naturaleza pecaminosa o adámica (Romanos 5,12) Debido a esto y por sus méritos, María fue concebida inmaculada, limpia de todo pecado, para ser recipiente de Dios. Como verdadero hombre, Cristo estuvo absolutamente libre de todo pecado. Su vida inmaculada y su resurrección corporal de entre los muertos confirman estas verdades.

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