viernes, 7 de julio de 2017

Cápsula Bíblica 2330

Leyendo la Sagrada Escritura, en el Nuevo Testamento, desde los Hechos de los Apóstoles, vemos como claramente San Pablo ha sido, es y será el gran apóstol de Cristo. Toda la teología le debe a él sus reflexiones y sus principales puntos doctrinales. Pablo de Tarso es un monumento a la gracia de Dios. Él nos demuestra cómo Dios no destruye nuestra naturaleza humana, sino que la eleva, la transforma, respetando nuestro temperamento y propia idiosincrasia. Dios se sirvió de san Pablo para sistematizar la doctrina de Cristo. Cristo no dejó nada escrito, simplemente habló y obró. Pero dejó a sus apóstoles la tarea de anunciar, de palabra o por escrito, su mensaje de salvación.

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