domingo, 5 de marzo de 2017

«Imperium»... La primera entrega de una trilogía fascinante de Robert Harris en la Roma antigua

En 2006, el escrito inglés Robert Harris lanzó una novela llamada «Imperium», una biografía ficticia de Cicerón, narrada en tercera persona a través de su secretario Tiro, comenzando con la persecución de Verres y finalizada cuando Cicerón consigue ganar el consulado que forma parte de una trilogía que continúa con «Lustrum» y «Dictator».

Harris es un aclamado autor gracias a su novela «Pompeya» y se ha convertido en un verdadero maestro de la innovación en la ficción histórica cautiva con esta «Trilogía de Cicerón», que arranca con el libro que ahora invito a leer «Imperium», ambientado en la Roma antigua, en una época de traiciones e intrigas políticas, tan alejada de la nuestra y, sin embargo, tan cercana.

Las páginas de esta novela nos hablan de Cicerón, un hombre de principios, apasionado e idealista, en un mundo dominado por la corrupción, los intereses económicos y la falta de escrúpulos de los políticos. La titánica lucha de Cicerón, el mayor orador de la historia, por conseguir el poder en Roma se lee de forma fascinante imaginando en cada página los lugares y los momentos en los que Robert Harris envuelve al lector.

La historia es fascinante. Llevándonos a la Roma del siglo I a.C., Harris nos lleva a encontrarnos con Tiro, el secretario y confidente de Cicerón, que, sin querer, desencadena una de las disputas judiciales más apasionantes de la historia que fue mucho más allá de la justicia y que tuvo consecuencias históricas para la República, porque sacó a la luz un torbellino de conspiraciones en el que, por su afán por conseguir el imperium, el poder supremo del Estado, se vio inmerso Cicerón, quien, después de viajar por Grecia para mejorar su retórica y de haber ejercido de magistrado en Sicilia, se desplaza a Roma donde debe llevar el caso de acusación contra Verres. Derrotando a Hortensio, el abogado de Verres, consigue catapultarse a la fama entre el pueblo pero termina creándose enemigos entre los patricios.

Para salvaguardar su posición necesita de la ayuda de Pompeyo y se une a su facción de populistas Cuando Pompeyo consigue sus objetivos (ir a oriente relevando a Lúculo del cargo de legado de oriente Lúculo) lo abandona dejando a Cicerón a su suerte. Después de conseguir ser Edil su carrera política va en ascenso y por medio de sus grandes discursos consigue que la plebe lo respete. Cicerón entonces decide presentarse a Cónsul pero descubre que sus dos candidatos Híbrida y Catilina se han aliado. Lejos de desalentarse Cicerón consigue a Híbrida a su favor prometiéndole Macedonia ( provincia que se le había atribuido en el sorteo) a cambio de mutuo apoyo y defensa( ya que Cicerón sigue siendo uno de los más grandes abogados en ese momento) finalmente Cicerón consigue el consulado con una victoria aplastante.

La lectura me cautivó desde el principio y, en dos semanas, entre ratos de aquí y de allá, pude llegar a su final. Me pareció una magnífica recreación histórica de uno de los personajes más fascinantes de la historia de Roma, y de su vinculación con las oscuras maquinaciones que determinaron el fin de la República. El joven Cicerón es un idealista, partidario de Pompeyo, pero sus enemigos le impiden acceder al codicado título que otorga poder absoluto, el de Imperium. Si quiere ascender políticamente tendrá que pactar con los aristócratas y así destruir a sus rivales...

Estoy seguro que nadie se arrepentirá de leer esta fascinante biografía ficticia de Cicerón.


Robert Harris,
"Imperium",
Ed. Grijalbo,
México 2007,
431 páginas.

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