domingo, 5 de febrero de 2017

Concierto para arpa y orquesta Op. 25... El encuentro de Ginastera con la belleza del arpa

Hoy traigo música de Alberto Ginastera, y como siempre que hablo de música de arpa, recordar a mi querido amigo José Enrique Guzmán con quien comparto la pasión por la música y a quien admiro por esas manos benditas que sacan del arpa unas notas, que, para los hombres y mujeres de fe, son alabanza gozosa al Creador. Hay quiero compartir con ustedes el Concierto para arpa de este fabuloso representante de la música clásica latinoamericana.

Alberto Evaristo Ginastera (Buenos Aires, 11 de abril de 1916 - Ginebra, 25 de junio de 1983) fue un compositor argentino de música académica contemporánea, considerado uno de los más importantes del siglo XX en América Latina, y decano de la Facultad de Artes y Ciencias Musicales de la Universidad Católica Argentina desde 1959 hasta 1964.

Su concierto para arpa y orquesta Op. 25 de es una composición de 1956, estrenada en 1965 con Nicanor Zabaleta y la Orquesta de Filadelfia dirigida por Eugene Ormandy. La obra comprende tres movimientos: Allegro giusto, Molto moderato y Liberamente capriccioso-Vivace, con una duración total de 23 minutos aproximadamente.

Se sabe que Ginastera tenía dos inconvenientes al momento de componer esta obra: su escaso conocimiento del arpa, y la poca o nula participación de este instrumento angelical en la cultura de América del Sur, teniendo en cuenta que el instrumento de la cultura popular, más económico y sencillo de interpretar era por excelencia la guitarra. De hecho existe una versión posterior de la obra reducida para guitarra y piano.

El concierto está estructurado sobre un patrón fijo: una parte rápida y luego una lenta, y otra parte rápida. El primer movimiento introduce el tema en forma de sonata, con posterior desarrollo de variaciones. La cadenza solista se encuentra al inicio del tercer movimiento.

La obra puede considerarse tonal, ya que el primer y tercer movimiento se desarrollan en Mi bemol mayor. La tonalidad del segundo movimiento es mucho menos clara. El estilo general es clásico, aunque se interponen los ritmos de América del Sur, generando un clima exótico. Forma parte del repertorio estándar para arpa del siglo XX y muchos lo consideran el concierto mas bello del maestro (2 para piano, 2 para cello y uno para violín) y es sin duda alguna, su obra concertante mas grabada hasta el día de hoy.

¡Saludos, Maestro José Enrique y bendiciones a tus manos que siguen deleitando tantos oídos... y tantos paladares!

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