domingo, 1 de enero de 2017

«NAVIDAD NUESTRA»... Una hermosa composición de Ariel Ramírez

La primera inspiración de Ariel Ramírez (De quien ya hablé cuando presenté la "Misa Criolla") para escribir una obra religiosa, se dio en la década de los años 50's, cuando él aún era un músico desconocido y mientras residía en un convento de Würzburg, en Alemania. Allí se relacionó con dos monjas, las hermanas Elizabeth y Regina Brückner —a quienes dedicó su obra— y quienes le contaron que una hermosa casona frente al convento había sido un campo de concentración durante el nazismo —apenas unos años antes—, y que ellas, a pesar de estar castigado con la muerte, noche a noche llevaban comida a los prisioneros.

Ariel contaba que al finalizar el relato de sus queridas protectoras, sintió que tenía que escribir una obra, algo profundo, religioso, que honrara la vida, que involucrara a las personas más allá de sus creencias, de su raza, de su color u origen. Una obra que se refiriera al hombre, a su dignidad, al valor, a la libertad, al respeto del hombre relacionado a Dios, como su Creador.

En 1954 Ramírez retomó su idea en un viaje por barco de Liverpool a Buenos Aires, y tomó la decisión de escribir algún día una obra musical en honor de esas dos monjas alemanas. «Comprendí que sólo podía agradecerles escribiendo en su homenaje una obra religiosa, pero no sabía aún cómo realizarla.»

Ya en la década de los 60's Ariel compartió su idea con un amigo de juventud y sacerdote, el padre Antonio Osvaldo Catena, en ese momento Presidente de la Comisión Episcopal para Sudamérica, quien fue el que concibió la idea de componer una misa con ritmos y formas musicales de esta tierra. Una vez realizados los bocetos sobre la estructura, otro sacerdote y director de coro, el padre Jesús Gabriel Segade, fue quien realizó los arreglos corales. El padre Segade fue también quien dirigió el coro (la Cantoría de la Basílica del Socorro) en la primera versión de la Misa Criolla, grabada en 1964 y publicada al año siguiente.

La obra comprende en su totalidad el nacimiento de Jesucristo, en donde, a través de los títulos de la obra, se manejan de manera ordenada, todos y cada uno de los hechos bíblicos ocurridos durante el mismo nacimiento. Tiene las siguientes partes:

«La Anunciacion»: (Chamamé) Donde se invoca al ángel Gabriel y la Virgen María, donde le anuncia la llegada del Mesías a través de ella, ya que había sido elegida para darle a luz.

«La Peregrinacion» (huella pampeana) Muestra cómo José y María peregrinan hacia Belén para dar a luz al niño, ya que no eran aceptados en ningún lugar. Una estrofa de la misma dice "Mi niño esta viniendo,/ háganle sitio".

«El Nacimiento» (Vidala Catamarqueña) En su versión original es interpretada por Eduardo Madeo, con una ternura y suavidad. Narra la dicha de la llegada de Dios en su precario pesebre y muestra la felicidad de esta llegada.

«Los Pastores» (Chaya Riojana) Se agregan en la obra ya que en el pesebre habrían llegado junto a sus ovejas. Su presencia fue un icono dentro del mismo, ya que le agregaba un matiz de alegría al nacimiento.

«Los Reyes Magos"» o «La Anunciacion de Los Reyes» (Takirari) Infaltables dentro del pesebre navideño. Melchor, Gaspar y Baltasar. Si bien su significado es universal, en la obra tanto como en Los Pastores se lo hace criollo ya que se nombra "arrope y miel le llevarán / y un poncho blanco de alpaca real" muestra costumbres criollas. Esta obra es, tal vez, la más reconocida dentro del álbum "Navidad Nuestra"

«La Huida» (vidala Tucumana) En este ritmo arraigado se invocó el momento en el que el Rey Herodes se entera de ese nacimiento y mando a matar a todos los recién nacidos de esa zona, "ya esta sangrando el puñal,/ si no te apuras nos van a pillar".



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