viernes, 21 de octubre de 2016

Cápsula Bíblica 2070

El Espíritu Santo movió a hombres inspirados a poner por escrito los hechos y dichos de Cristo junto con los primeros andares de la primitiva Iglesia y así se fue haciendo, junto con la Tradición y el Magisterio, el Depósito de la fe en la Iglesia. Poco tiempo después de la Ascensión de Cristo, tal vez unos veinte años, la necesidad de preservar la verdad fue reconocida. Sin embargo, antes de que ningún documento fuera aceptado como auténtico, la autorización de los Apóstoles fue demandada por las diversas comunidades cristianas. El Evangelio de San Marcos fue aceptado por ser éste compañero de Pedro y, de manera semejante, aunque san Lucas no conoció a Cristo personalmente, su libro fue aceptado por la autoridad de san Pablo y por el hecho que se fue transmitiendo de que, san Lucas, recurrió directamente a la Santísima Virgen María para recabar los datos del nacimiento y la infancia de Nuestro Señor.

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