sábado, 3 de septiembre de 2016

Cápsula Bíblica 2022

En el Evangelio según san Marcos (10, 46-52) se cuenta la historia del ciego Bartimeo. Como Bartimeo, a veces nosotros también somos ciegos, nos falta la luz de la fe y por eso tropezamos con nuestro propio pecado. El egoísmo cierra los ojos, paraliza. Por eso también nosotros le tenemos que gritar fuertemente al Señor: ¡Ten compasión de mí! ¡Haz que vea! ¡Haz que me aleje de mi indiferencia y comodidad movido por el amor, la esperanza y la fe!

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