sábado, 13 de agosto de 2016

Cápsula Bíblica 2001

Por el Antiguo Testamento sabemos que en momentos de grandes dificultades los reyes y profetas pedían al pueblo que ayunara y orara (cf Jon 3,7) basándose en esto, y en el testimonio del mismo Jesucristo, que ayunó durante cuarenta días y cuarenta noches, la Iglesia, en la actualidad, continúa con esta práctica religiosa que trae muchos frutos al alma.

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