viernes, 3 de junio de 2011

Cápsula Bíblica 109

Jesús no escribió nada. Tampoco dio a sus apóstoles el encargo de consignar por escrito el mensaje por él anunciado ni de escribir la historia de su vida terrena. Los apóstoles para anunciar a todos los pueblos el Evangelio, poseían la palabra oral y viva, la predicación apostólica.Luego, la tradición oral  se empezó a poner por escrito porque con el tiempo surgió la necesidad de fijar por escrito el contenido de esa predicación, para trasmitirla a los contemporáneos y a la prosperidad mediante el valor que lleva la palabra escrita. Nacieron pues los escritos en servicio de la misión cristiana primitiva y como fiel reflejo de su espíritu, a fin de despertar en unos la fe, y en otros confirmarla.

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